Estas son las cláusulas nulas más comunes en un contrato de arrendamiento

La Ley de Arrendamientos
Urbanos (LAU) establece que cualquier cláusula que perjudique al inquilino, ya
sea arrendatario o subarrendatario, se tendrán como nulas, por lo que si se
detecta alguna cláusula sospechosa en un contrato de arrendamiento lo más
conveniente es planteárselo al propietario.
Estas son las cuatro
cláusulas nulas más habituales que se pueden encontrar en un contrato de arrendamiento:
- La
duración del contrato: lo más habitual es
que el arrendador ponga un límite de un año renovable, sin embargo aunque
se firme un plazo inferior a cinco años porque las dos partes así lo
estipulen, el tiempo mínimo que puede estar en el inquilino son esos cinco
años, a excepción de que quiera rescindir el contrato con antelación.
- La
actualización de la renta: para que realmente
se pueda realizar una actualización de las renta de manera anual conforme
al IPC, se tiene que incluir por escrito en una cláusula del contrato, de
no hacerlo, la renta no se actualizará.
- Las
reparaciones: por lo general, las reparaciones
del uso cotidiano del inmueble dependen del inquilino y el arrendador
tiene que pagar aquellas más costosas que afecten a la habitabilidad del
inmueble. Sin embargo, el inquilino no puede negarse a pagar su renta para
exigir reparaciones, ya que esto puede derivar en una demanda de desahucio
por el impago.
- El
uso de la vivienda por parte del arrendador:
una vez que se entregan las llaves al inquilino, el arrendador no puede
entrar sin el consentimiento de éste, excepto en los casos que legalmente
estén establecidos como causa de fuerza mayor.