Cuatro claves infalibles para optimizar tu buhardilla

Para que una buhardilla sea
funcional y acogedora, es fundamental contar con una buena iluminación natural
y una adecuada ventilación, además de un aislamiento de calidad. Asimismo, es
esencial incluir soluciones de almacenamiento, como armarios a medida, y optar
por un suelo que resista el uso diario. En Finques
Polinyà te explicamos las 4 claves infalibles para optimizar tu buhardilla.
Aislamiento térmico adecuado
El aislamiento es clave para mantener una temperatura agradable en la
buhardilla durante el otoño e invierno. Aunque el aislamiento se debería
aplicar por el exterior, si no es viable, puedes sacrificar de 6 a 8 cm de
altura. Se recomienda utilizar espuma de poliuretano o lana de roca entre las
vigas, cubriendo todo con una capa de yeso laminado tipo Pladur. Un espesor
total de alrededor de 10 cm será suficiente para evitar la pérdida de energía y
asegurar un ambiente cálido.
Almacenamiento en espacios bajos
La parte más baja del tejado a menudo queda sin usar, pero es posible maximizar
ese espacio con armarios a medida o muebles bajos, como un soporte para el
televisor. Esto permite aprovechar espacios que, de otro modo, se
desperdiciarían, especialmente en aquellas zonas donde la altura no permite
estar de pie, ya que se considera que la altura mínima habitable es de 1.5
metros.
Ventilación y luz natural
Es vital planificar la ubicación de las ventanas en la buhardilla. Tanto si se
utiliza como dormitorio como si se destina a un área de trabajo, es fundamental
que reciba suficiente luz natural y ventilación. Las ventanas de tejado
permiten la evacuación del aire caliente acumulado y aportan un 25% más de luz
al espacio. Además, al instalar ventanas en la parte inferior, se facilita la
circulación del aire mediante el efecto chimenea. Complementa esto con buena
iluminación artificial, como focos empotrados y lámparas de pie.
Suelo resistente
Si la buhardilla se usa con frecuencia, elige un suelo laminado, que es
económico y fácil de instalar, con una amplia variedad de acabados. Aunque no
es tan resistente como la madera maciza, es una opción práctica. Otra
alternativa ecológica son los suelos de corcho, que son agradables al tacto,
reducen el ruido y aportan calidez al ambiente.