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La Ley de Vivienda cumple un año: Caída de la oferta y subida de los precios

La Ley 12/2023, conocida como Ley de Vivienda, cumplió un año desde su aprobación en mayo de 2023, generando profundas repercusiones en el mercado residencial español. Diseñada para regularizar precios y aumentar la oferta de alquileres permanentes, la ley se ha enfrentado a críticas generalizadas y ha provocado resultados contraproducentes, según analistas y actores del sector inmobiliario. En Finques Polinyà te contamos cómo está la situación actual un año después.

 

En lugar de estabilizar los precios como se esperaba, ha resultado en un aumento dramático de los costos de alquiler en muchas áreas, alcanzando niveles récord. La confianza de los propietarios se ha visto mermada, llevando a una disminución significativa en la oferta de alquiler tradicional, mientras que los alquileres temporales y por habitaciones han ganado terreno al escapar de las restricciones impuestas por la ley.

 

Según los expertos, la ley ha sido más efectiva en generar debate político que en abordar eficazmente la complejidad del problema de vivienda. La incertidumbre legal y los riesgos aumentados para los propietarios han intensificado el problema al trasladar la oferta hacia alquileres de corta duración y turísticos. Cataluña ha sido pionera al declarar áreas de mercado residencial tensionado, limitando las subidas de alquileres nuevos, pero esto no ha logrado mitigar la escasez general de viviendas en alquiler.

 

El Tribunal Constitucional validó gran parte de la ley, aunque con críticas hacia aspectos específicos como las competencias autonómicas en vivienda protegida. Esta validación ha avivado el debate sobre la extensión de las zonas tensionadas a nivel nacional, con la oposición de varias comunidades autónomas como Madrid y Andalucía. La inseguridad jurídica resultante ha llevado a un cambio hacia modelos de alquiler menos regulados, exacerbando la crisis de accesibilidad a la vivienda en toda España.

 

La Ley de Vivienda ha generado polarización y no ha logrado los objetivos esperados, aumentando los precios y reduciendo la oferta de vivienda permanente. Las próximas medidas regulatorias serán cruciales para intentar corregir estos efectos negativos y restaurar la estabilidad en el mercado de alquiler español.